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EL CUERPO DE GIULIA-NO (17)

 Por Jorge Eduardo Eielson    (Fragmento) La mierda llega al mar en confección de luxe. "Mierda made in Perú". ¡Qué idea! ¿Y tus hijos? Millares y millares de automóviles. Al mar. Aves guaneras, gallinazos blancos, al mar. ¿Y tú Mayana?, tú que nunca viste el mar? No lo verás nunca. El cielo gris de Lima, las estrellas de Lima, son de trapo. Una bandera ¿entiendes? una bandera. Envolverás tu hijo en ella y ya no serás peruana ni chuncha ni nada. Al costo irrisorio de 600 dólares ejemplar tendrás un hijo blanco. Trabajará en la Base Experimental Cafetalera de Venus. ¿Es acaso el hombre el único consumidor de café en este mundo? Un hijo blanco con los ojos verdes ¿entiendes? No es lo mismo que un hijo verde con los ojos blancos. Comidos por la sarna. No es lo mismo que un juguete de barro cocido. Que un juguete de papel cagado. Que una sonrisa pestífera y sin dientes. Que diez uñas negras arriba. Diez uñas negras abajo. Y en el centro una barriga llena de tierra de sapo embruja

EL CUERPO DE GIULIA-NO (15)

 Por Jorge Eduardo Eielson    (Fragmento) Nada, Dogaresa, nada pudo servir mejor a mi intolerancia por los demás que tú misma, delante de mí, en el papel de suma sacerdotisa de mis deseos y de mis sueños. A fuerza de buscar la luz hubiera podido devorarte un seno, y tu habrías sufrido de esa llaga incurable como de una enfermedad dulcísima, sin lamentarte. Porque tú ya casi no percibías tu cuerpo, no lo distinguías del mío. En el fragor de la noche todo nos estaba permitido, hasta quitarnos nuestro cuerpo por momentos y volvernos una sola criatura celeste, un solo resplandor sobre el lecho. Aunque luego, durante el día ¿recuerdas? el silencio cayera entre nosotros como un manto de plomo. Como las víctimas del Vesubio  —pobres larvas convertidas en piedra, carbón, metal orgánico, momias de la vida diaria —, como las criaturas quemadas por la lava y la ceniza, nuestras palabras en adelante no emitirían sino silencio. ¿Transmutación divina? ¿Sabiduría completa? ¿O total ignorancia? ¿Para

EL CUERPO DE GIULIA-NO (14)

 Por Jorge Eduardo Eielson    (Fragmento) Retiré un brazo fuera de las sábanas, cogí un cigarrillo y lo encendí. De improviso todos mis pensamientos se detuvieron. Me vinieron unos deseos imperiosos de decir algo. Pero la frase que yo buscaba no estaba hecha de palabras. Ni tampoco de pensamiento. Era como una sed ardiente. Como un vacío entre el corazón y el estómago. Todos los poemas escritos durante mi adolescencia parecieron quemarse rápidamente dentro de mí y convertirse en humo. Una última llamarada en la que desaparecían para siempre las palabras, dejándome sumido en una luminosa y solitaria perfección. La dorada jaula terrestre acababa de abrirse ante mí. Me ofrecía algo que todavía no estaba en condiciones de aceptar. Una pureza indescriptible hacía aparecer sagrados mis menores gestos. Superfluo mi propio pensamiento. Perecedera e inútil la más espléndida belleza. El universo entero no era nada comparado con mi propio cigarrillo, con su ceniza grisácea en el cenicero de loza

MI ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTO (COLOFÓN A NOÉ DELIRANTE)

 Por Arturo Corcuera    Aquí encalla el Arca de Noé delirante . Un descanso en paz merezco después del diluvio y de la     blanca palomica que al Arca con el ramo se ha tornado. No quiere decir que llegue al fin de la travesía. Mañana quizás enchape vigas nuevas y suban otros pasajeros. Remando y martillando cumplo con este trajinar tres     décadas. Podría haberlas dedicado a menesteres más rentables de     haber escuchado malos consejos de buenos amigos. Mirándome al espejo me examino y entre mí repito: ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines de mis patas de gallo, a las que     recomiendo no adelantarse a cantar victoria! Este libro reverdeció de canas mi cabeza (no cesa la Luna      de llorar sobre mis cabellos) y sorprendo al invierno con      sus perlas acicalando al jazmín. Mi pelo blanco enfatiza el negro de mis cejas (y viceversa).     Personifico un Narciso otoñal gozando como loco en     fuente de plata. Doy por terminado Noé deliarante  a los cincuentaitantos  

EL POETA Y LAS MÁSCARAS

 Por Arturo Corcuera    Con la mirada fija, sin alma y sin cuerpo, cuelgan de la      pared: caras con los párpados cerrados resistiéndose     a mirar la vida. Pintarrajeadas, de ojos como fosas, de pómulos      desorbitados; máscaras de la ira, de la noche de     carnaval, de infortunio y misterio. A semejanza del hombre parecen haber sufrido mucho, expresan odio o serenidad, cocinadas en niebla o fuego. Rostros decapitados. Emergen de inhóspitos pozos, abismos y sarcófagos. Han cruzado mares, escenarios, comparsas, danzas rituales; ¿Quién fue ese hombre del antifaz negro? ¿Nunca lo     sabremos? ¿Ese que ríe sin compasión llora en cuanto damos la      vuelta? ¿El del turbante de ébano, el de las calaveras clavadas en      la frente? ¿El de la cara como tambor de guerra? ¿El de enigmático     gesto de dolor? Alguien oscuro y triste se oculta detrás de cada máscara. Seres tasajeados que vienen inmóviles de mundos     desconocidos: se filtran por las paredes,     los desoxida el olvido,

(CONQUISTAR LA SOLEDAD)

 Por Charles Baudelaire    Cuando haya conquistado el asco y el horror universales habré conquistado la soledad.

NUEVOS APUNTES SOBRE EDGAR POE

 Por Charles Baudelaire    (Fragmento) Aristócrata por naturaleza aun más que por nacimiento, el virginiano, el hombre del Sur, el Byron perdido en un malvado mundo, siempre preservó su impasibilidad filosófica, y, ya defina la nariz del populacho, ya se burle de los fabricadores de religiones, ya escarnezca a las bibliotecas, sigue siendo lo que fue y lo que siempre será el auténtico poeta  —una verdad vestida de un modo extraño, una paradoja aparente, que no quiere que la masa se codee con él, y que corre al extremo oriente cuando el fuego de artificio se dispara en el poniente. Pero lo más importante de todo esto: advertiremos que este autor, producto de un siglo infatuado de sí mismo, hijo de una nación más infatuada de sí misma que ninguna otra, vio claramente, afirmó imperturbablemente la maldad natural del Hombre. Hay en el hombre, dijo, una fuerza misteriosa que la filosofía moderna no quiere tomar en cuenta, y no obstante, sin esa fuerza innombrada, sin es primordial inclinaci

CON EL CORAZÓN EN LA MANO

 Por Charles Baudelaire    (Selección) I Acerca de la vaporización y de la centralización del Yo . Esta frase lo contiene todo. A propósito de un cierto placer sensual que se siente en compañía de los extravagantes. (Puedo comenzar con El corazón al desnudo por cualquier parte y de cualquier modo, y continuarlo, día a día, siguiendo la inspiración del momento y de las circunstancias, con tal de que la inspiración esté viva.) El primero al que se le ocurra, con tal de que sepa divertir, tiene derecho a hablar de sí mismo. Comprendo que se pueda abandonar una causa para saber lo que se puede sentir al servicio de otra diferente. Podría resultar grato ser alternativamente víctima y verdugo. III La mujer es lo contrario del Dandy. Por consiguiente, debe causar horror. La mujer tiene hambre y quiere comer. Sed, y quiere beber. Está en celo y desea ser follada. ¡Vaya mérito! La mujer es natural , es decir abominable. En consecuencia, es siempre vulgar, es decir, lo contrario del Dandy. *** E