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SIN META

 Por Alejandro Jodorowsky    (Fragmento) Del sueño al sueño, aire, carne, piedra, forma donde se embosca el sufrimiento, cenizas, polvo, sombra, latiendo sin saber qué corazón Cada grito es un cometa, cada palabra un espadazo en el vacío, sonidos como joyas de agua en una lengua seca

ALOYSUS ACKER

 Por Martín Adán    (Fragmento) ¡Muerto!... En cuanto miro, no veo Sino tu naríz de hielo. Qué estado perfecto!... ¡Como si Dios creara de cierto!... ¡El no nacido, el no engendrado, muerto! Flores, lágrimas, candelas, Pensamientos, Todo demás, todo demás; Como el deseo... En mi ardida sombra de adentro, Real como Dios, por modo infinito Y sensible, yaces muerto! Yazgo muerto. Y por tí no llora el perro; Y por ti no aúlla la madre; Y por ti calla y no se enjuga el sepulturero. Y ninguno es más sordo, Y ninguno es más ciego, Y ninguno es más ninguno, más yo mismo, sin                                                           (tú alguno, Que tú, el hallado, el rehallado, El perdido, yo o tú, si no es el tiempo, Y siempre, y siempre y nunca El tú que soy y que es el sino, El hermano mayor, el hermano pequeño... Y he de ser el vivo, El Muerto. ¡Como seré vivo, Tú muerto!... El que compra la casa. La que vende su cuerpo, Él, ella, es el otro, Ninguno sin mí, el quedado O el ido en la redor

EL OTRO

 Por Jorge Luis Borges    (Fragmento) De pronto recordé una fantasía de Coleridge. Alguien sueña que cruza el paraíso y le dan como prueba una flor. Al despertarse, ahí está la flor. Se me ocurrió un artificio análogo. —Oí  —le dijé —, ¿tenés algún dinero?. —Sí  —me replicó —. Tengo unos veinte francos. Esta noche lo convidé a Simón Jichlinski en el Crocodile . —Dile a Simón que ejercerá la medicina en Carouge, y que hará mucho bien... ahora, me das una de tus monedas. Sacó tres escudos de plata y unas piezas menores. Sin comprender me ofreció uno de los primeros. Yo le tendí uno de esos imprudentes billetes americanos que tienen muy diverso valor y el mismo tamaño. Lo examinó con avidez. —No puede ser  —gritó —. Lleva la fecha de mil novecientos sesenta y cuatro. (Meses después alguien me dijo que los billetes de banco no llevan fecha.) —Todo esto es un milagro  —alcancé a decir — y lo milagroso da miedo. Quienes fueron testigos de la resurrección de Lázaro habrán quedado horrorizados

LAS CIUDADES TAMBIÉN LLORAN

 Por Lizardo Cruzado    (Fragmento) Ciertamente son escasas... Apenas desprendidas, los ojos de la Ciudad se secan. Entonces alguien vendrá a cubrir con periódicos las lágrimas. Y después las confundirán con los suicidas.