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CESAR MORO (I)

 Por André Coyné   (Fragmento) ¿Ideas? Pobres ideas... Lo que de nosotros vale no son las ideas. ¿Qué ideas hay nuestras? y, a la hora de las horas ¿qué nos importan nuestras ideas? Podemos cambiarlas: moda, anto jo —un día esto, otro día aquello —. Mejor no tenerlas ya que, pasadas las modas y los antojos, un solo hecho queda, inalterable: nuestra sensibilidad. No digo sentimiento, sensiblería: sensibilidad , la aptitud para comunicarnos, inmediatamente, con el mundo, para tejer la red sin fin de relaciones entre nosotros y cada cosa, nosotros y cada ser del universo, la tierra, el cielo, el mar, un rostro, un objeto, una mirada, hoy, siempre hoy, ayer hoy, mañana hoy, de día o de noche, en la vigilia o en el sueño.

EL GUARDADOR DE REBAÑOS (III)

 Por Alberto Caeiro   (Fragmento) Creo en el mundo como en una margarita porque lo veo. Pero no pienso en él, porque pensar es no comprender... El mundo no se hizo para pensar en él (pensar es estar enfermo de los ojos) sino para mirar hacia él y estar de acuerdo... Yo no tengo filosofía: tengo sentidos... Si hablo de Naturaleza no es porque sepa lo que es sino porque la amo, y la amo por eso, porque quien ama nunca sabe lo que ama ni sabe por qué ama, ni lo que es amar... Amar es la eterna inocencia, y la única inocencia es no pensar...

LA PEREZA. PASIÓN POR LA INDIFERENCIA. PREÁMBULO

 Por Sergio Benvenuto  Sobre la cabeza del monje, allí en Egipto, solo en el desierto de piedra, donde transcurre la vida tratando de parecerse todo lo posible a Cristo, se cierne un peligro mortal. A medio día, cuando el sol ha llegado a lo más alto y el calor aprieta, el «demonio del mediodía»  —enemigo que no da tregua y despiadado — se adueña del alma del solitario. Monakos , en griego, quiere decir solitario y célibe  — single , que diríamos hoy —. Estos solitarios, por lo demás singulares, llamarán akedia , en griego, a este flagelo del mediodía, término posteriormente latinizado en acedia . El « a » es privativo y kedos  quiere decir cuidado. Así pues, acidia  es desgana, indiferencia, negligencia. Es no tener cuidado de... Hoy los traductores italianos de ese término prefieren usar sconforto , de connotaciones más directamente relacionadas con desánimo o desaliento. Más tarde, desde las tebaidas egipcias  —Nitria, Kellia, Scetis — la acidia o acedía , como también se dice en c

PARA UNA VERSION DEL I KING

 Por Jorge Luis Borges   El porvenir es tan irrevocable como el rígido ayer. No hay una cosa que no sea una letra silenciosa de la eterna escritura indescifrable cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida es la senda futura y recorrida. Nada nos dice adiós. Nada nos deja. No te rindas. La ergástula es oscura, la firme trama es de incesante hierro, pero en algún recodo de tu encierro puede haber un descuido, una hendidura. El camino es fatal como la flecha pero en las grietas está Dios, que acecha.

MI ENCUENTRO CON CESAR VALLEJO

 Por Antenor Orrego   (Fragmento) Un aura de penetrante simpatía fluía de toda su persona. Paréceme verlo todavía, a una distancia de más de treinta años. Figura magra, escurrida en demasía, flexible, ligeramente dislocada al caminar, de mediana estatura. Frente vasta, alta, sin ninguna arruga, con suavísima prominencia en la parte superior. Caía sobre ella, con gracia viril, desordenada en ocasiones, una bruna, copiosa y lacia cabellera. Vigoroso el entrecejo, mas sin dureza, ni acrimonia. Empero, lo más característico de su semblante eran los ojos buidos y oscuros, sumergidos a pique en dos cuencas profundas, abismales casi. Parecían taladrar, estuporados de misterio, el enigma de la vida, desde la honda sima de su alma. Y, luego, los pómulos salientes y el audaz mentón beethoveano que avanzaba, como una quilla cuadrada y resuelta, que acometiera, por anticipado, el duro destino que le aguardaba. El rostro, en conjunto, de rasgos originalísimos, daba la impresión tan honda, difícil d

NOTA DE AUTOR (SOBRE LA POESÍA)

 Por Carlos López Degregori   (Fragmento) Creo que cada percepción o palab(r)a o acto o amor están colmados de símbolos. Algunos son estrictamente personales, otros los compartimos. La tarea de la poesía es encararlos y hacer que iluminen el espacio de la conciencia: labor de autoconocimiento pero también ejercicio encantatorio, encierro y comunicación, realidad objetiva y puro territorio imaginario.

CÉSAR MORO (III)

 Por André Coyné   (Fragmento) En una carta a Xavier Villaurrutia ( Las Moradas - 1949), Moro preguntaba a su amigo, el gran poeta mexicano, también muerto hoy día y siempre vivo en un sueño de olas y de ángeles: "¿Cómo no seguir en los sitios de peligro donde no caben ni salvación ni regreso?"  —y concluía: "Tanto peor si la realidad vence una vez y otra y convence a los eternos convencidos trayendo entre los brazos verdaderos despojos: el hierro y el cemento o la hoz y el martillo como argumentos definitivos para justificar la prodigiosa bestialización de la vida humana. Ese mundo no es el nuestro ". Debemos escoger, no podemos amar esto y aquello, no podemos vivir la vida pantano y la vida mar cielo hoguera. En un mundo en proceso de cretinización, con medios cada vez más perfectos para ello: radio, cinemascope, prensa, televisión  —mundo de la técnica, del ruido, de la propaganda, de la mentira — una sola bomba puede acabar con millones de cuerpos humanos, y u

ECCE HOMO: ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA, UN LIBRO PARA TODOS Y PARA NADIE (2)

 Por Friedrich Nietzsche   (Fragmento) (...) la gran salud, una salud que no sólo se posea sino que además se conquiste y tenga que conquistarse continuamente, pues una y tora vez se la entrega, se tiene que entregarla. Y ahora, después de que largo tiempo hemos estado así en camino, nosotros los argonautas del ideal, más valerosos acaso de lo que es prudente, habiendo naufragado y padecido daño con mucha frecuencia, pero, como se ha dicho, más sanos que cuanto se nos querría permitir, peligrosamente sanos, permanentemente sanos, parécenos como si, en recompensa de ello, tuviésemos ante nosotros una tierra no descubierta todavía, cuyos confines nadie ha abarcado aún con su vista, un más allá de todas las anteriores tierras y rincones del ideal, un mundo tan sobremanera rico en cosas bellas, extrañas, problemáticas, terribles y divinas, que tanto nuestra curiosidad como nuestra sed de poseer están fuera de sí ¡ay, que de ahora en adelante no haya nada capaz de saciarnos! ¿Cómo podríamo